No faltan mozos ya crecidos, en Salamanca, que recuerdan a la estudiantina monopolizando, cada fin de semana, la posibilidad de ligar con rubias extranjeras. Tampoco dueños de bares que reniegan de ellos, cuando pretenden pagar sus consumiciones con coplas tipo «Clavelitos». Ni novios que les ven aparecer con estupor, en su banquete de bodas, sin que nadie les haya llamado... Aún así, como queda dicho, existen reglas de conducta gremiales para el buen tuno. Y nobleza debería obligar siempre a los tunos, puesto que tradicionalmente han entonado coplas como la que reza «Alma, corazón y vida». Eso, por citar sólo una de aquellas que comienza por la letra a.
Parece, sin embargo, que el juego anda con algún que otro libertino dentro, por lo que, recientemente, el Ayuntamiento de Salamanca ha limitado sus correrías nocturnas, en cuanto zonas de bares y horarios. Eso, refrendando bandos muy anteriores en el tiempo al suyo... Hace siete siglos que el Liber Constitutionem de la Universidad de Lérida, según consta aún en sus archivos, había prohibido ya las rondas noctívagas del tuno, que alteraban el descanso de su burgo. Las había prohibido, bajo pena de confiscar los instrumentos musicales a quien osara quebrantar su prohibición. ¿Dónde están la cuchara y tenedor de madera que distinguía a los sopistas medievales, cuando sonaban las campanas de recogida en la ciudad y ellos andaban de figón en convento, por plazas y bajo balcones, buscando la llamada sopa boba? Colgados decorativamente en su indumentaria de tunos...
Parece, sin embargo, que el juego anda con algún que otro libertino dentro, por lo que, recientemente, el Ayuntamiento de Salamanca ha limitado sus correrías nocturnas, en cuanto zonas de bares y horarios. Eso, refrendando bandos muy anteriores en el tiempo al suyo... Hace siete siglos que el Liber Constitutionem de la Universidad de Lérida, según consta aún en sus archivos, había prohibido ya las rondas noctívagas del tuno, que alteraban el descanso de su burgo. Las había prohibido, bajo pena de confiscar los instrumentos musicales a quien osara quebrantar su prohibición. ¿Dónde están la cuchara y tenedor de madera que distinguía a los sopistas medievales, cuando sonaban las campanas de recogida en la ciudad y ellos andaban de figón en convento, por plazas y bajo balcones, buscando la llamada sopa boba? Colgados decorativamente en su indumentaria de tunos...
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